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En una entrevista a VCF MEDIA, Javier Miñano, analiza en qué punto está la plantilla después de su primera semana de trabajo sobre el césped, que este lunes inicia la fase en la que pueden entrenar en grupos de 10 jugadores.
¿Cómo ha vivido la novedad de preparar a un equipo desde la distancia por el confinamiento?
Para todos ha sido una situación extraña, ha sido un periodo largo y lo peor ha sido la incertidumbre que teníamos, pero el resultado ha sido estar más cerca del jugador en ese distanciamiento social. Y estamos muy satisfechos, ha sido un trabajo de todas las áreas, multidisciplinar, desde los preparadores físicos, el departamento de nutrición, el departamento médico… hemos intentado estar lo más cerca del jugador intentando romper esa distancia e incertidumbre, recalcándoles que lo más importante era que mantuvieran el entrenamiento como así ha sido.
¿En qué ha consistido el trabajo durante este periodo? ¿Cuáles eran los objetivos que se fijaron?
Los objetivos eran adaptarnos a las circunstancias del jugador, al no ser las mismas en todos, y adaptar el entrenamiento a esas nuevas circunstancias. Durante ese periodo de dos meses desadaptamos al jugador de un entrenamiento que solía hacer en campo y le adaptamos a otro tipo de entrenamiento, pero era muy importante, no solamente desde el punto de vista condicional, también desde el punto de vista mental y psicológico, que el jugador tuviera esa disciplina del trabajo, que la ha mantenido.
En esta situación atípica, ¿hubo necesidad de personalizar todavía más la preparación a cada jugador?
Sí, hemos estado muchísimo más cerca, se han creado grupos de trabajo con un contacto diario a través de las plataformas de móvil y WhatsApp, y ese contacto diario ha dado la posibilidad que el jugador percibiera que estábamos intentando profundizar aún más en las características que él tiene, intentando potenciar aquello que tenía algo más débil y, sobre todo, teniendo en cuenta las propias circunstancias del jugador en cuanto a su propio entrenamiento.
¿Cómo se encuentra la plantilla tras dos meses alejada de unas condiciones normales de entrenamiento?
Actualmente, el poder ver y entrenar en el campo, a pesar de las circunstancias y las restricciones sanitarias que tenemos, ha sido algo positivo. Ellos tienen un contacto visual con el resto de los compañeros, ven ese entrenamiento y trabajan en el campo, en su situación y espacio normal, creo que les ha trasladado algo más de normalidad y el objetivo nuestro, en definitiva, es intentar que a pesar de la distancia que provocan las medidas sanitarias de llevar guantes o mascarillas los que estamos con ellos en el entrenamiento, intentar que lo vean como algo normal, trasladar normalidad a esta situación, ir hacia adelante con el mayor de los optimismos posibles.
Ahora estamos en un momento de preparación para el regreso de la competición, siempre que lo aprueben las autoridades sanitarias, ¿cómo se afronta este periodo y en qué pilares se sustenta la puesta a punto del equipo?
Lo afrontamos con mucha precaución, es algo que nunca había ocurrido, el jugador no está acostumbrado a entrenar dos meses en casa, confinado, con el estrés que esto produce. Todos hemos perdido libertad, confianza, hemos tenido una sobresaturación de información, la incertidumbre de la que hablábamos antes.
Eso ha provocado que no es un periodo normal de pretemporada, los jugadores vienen de ese estado, de ese estrés, les hemos intentado dar normalidad y confianza en estos primeros días y, a partir de ahí, ir con la misma precaución. Les tenemos que desadaptar del entrenamiento que han hecho en casa e ir paso a paso, cada desescalada y fase que vamos pasando es una nueva fase de adaptación para el jugador que en la mayoría de los casos nunca hemos sometido a ellos. Ahora les tenemos que adaptar a entrenar en grupo.
Hemos dejado atrás el trabajo individualizado, ahora se permite trabajar en pequeños grupos que establece el protocolo, ¿qué le permite al cuerpo técnico entrenar esta nueva situación?
Al entrar en la nueva fase ya hay interacción con el jugador, que hasta ahora ha estado entrenando solo con balón, pero el fútbol es un contrario, afrontar una situación, es toma de decisiones y creo que ese entrenamiento en grupo nos va a acercar un poquito más a esa especificidad del entrenamiento que estaría más cerca de conseguir esa forma futbolística, esa forma de estar bien que nos prepare para el partido y la competición.
¿Hasta qué punto condiciona el hecho de afrontar el regreso siguiendo unas bases de trabajo que implica unos límites en cuanto a la disposición de un número de jugadores sobre el terreno de juego?
Hemos de tener en cuenta que el entrenamiento en fútbol es desde el punto de vista colectivo, lo más importante es esa toma de decisiones y la interacción que existe con los jugadores. Y ahora esa interacción no ha sido posible. En la medida que vayamos desescalando nos iremos acercando a la especificidad del entrenamiento y lo haremos con muchísima precaución, porque son pasos que estamos dando de forma nueva, no hemos estado sometidos a esta situación y también, cuando esté todo el grupo, tendrá que adaptarse a ese entrenamiento. La verdad es que todos estamos intentando llegar a esa fase en las mejores condiciones posibles para que nos cueste menos ese último salto que sería muy próximo a la competición.
En su trayectoria ha ejercido de preparador físico en selecciones nacionales, como España, ¿en qué aspectos se asemeja y se diferencia la preparación física del equipo en este contexto respecto a la de la preparación de un Mundial o una Eurocopa?
Semejanzas son los periodos tan cortos que hay de 2/3 días en los que vamos a tener un partido, una competición. En las fases finales, solamente que el jugador llegue a la propia concentración, ya ves que percibe esa situación de estrés. Normalmente, en esa situación, son campeonatos donde al jugador no solo se le exige el cien por cien, sino muchísimo más. Ese periodo va a tener eso, vamos a tener en un espacio muy corto de tiempo muchos partidos, y todos casi finales, todos son muy importantes. En ese sentido sí que veo semejanzas.
Posiblemente las diferencias se encuentren en cómo llega el jugador a esa situación. Para nosotros es nueva por todo ese confinamiento, por todo ese proceso de desescalada con entrenamiento individual, entrenamiento por grupos y entrenamiento colectivo. Pero la idea es intentar que cuando estemos metidos en esa situación podamos reducir ese nivel de estrés competitivo, que es normal y lo vamos a sufrir, y que no nos veamos en peores condiciones porque ese estrés afecte al rendimiento.
¿En qué se diferencia este momento de una pretemporada habitual?
Es verdad que, sobre todo desde el punto de vista de cómo llega el jugador, la pretemporada viene de un descanso físico, pero sobre todo psicológico que en este caso no se da. Hay muchos jugadores que han llegado desgastados de estar solos durante dos meses en sus domicilios, con circunstancias diferentes entre ellos, donde han entrenado de la manera que han podido, pero no llega en una situación en la que el jugador se haya relajado desde el punto de vista psicológico. Eso no se nos debe de olvidar.
¿Cómo condiciona el trabajo físico el hecho de jugar partido en pocos días una vez comience la competición?
Lo van a sufrir más los jugadores que no están acostumbrados a jugar cada dos o tres días, es decir, para aquellos jugadores más habituados a esa situación es una situación de total normalidad. Ha pasado en las fases finales con una selección, pero también en los equipos de alta densidad competitiva que juegan miércoles y domingo de forma natural. Y aquellos jugadores que no están tan acostumbrados a ese periodo competitivo, es difícil que en este periodo se logren adaptar del todo, por tanto, tendremos que estar muy cerca de ellos, muy expectantes de ese tipo de jugador para intentar remediar en lo posible esa no adaptación a ese periodo competitivo.
Ante las circunstancias previas al regreso a los entrenamientos y al tener que disputar las 11 jornadas en un calendario apretado, ¿hay que trabajar todavía más en la prevención de lesiones? ¿Dosificar las cargas de trabajo y el descanso es un aspecto clave y tiene mayor relevancia en estos momentos?
Esa es la ciencia y el arte del entrenamiento, a veces tiene poco de ciencia porque no es un ámbito cerrado que tengas claro lo que tengas que hacer en cada momento, y ahí intentamos estar cerca del jugador y tener la máxima comunicación con él, que es lo más importante, que él nos traslade sus sensaciones. Y aparte de todo el entorno que tenemos de forma complementaria y todos los datos que tenemos de carga externa, a través de GPS, y de carga interna, a través de frecuencia cardiaca o el propio RPE, hay que estar muy cerca del jugador y que tengamos esa información.
Este cuerpo técnico ha demostrado tener confianza en toda la plantilla, ahora más que nunca se necesita del mayor número posible de efectivos posible.
Sin duda, creo que es uno de nuestros retos intentar ante ese periodo que es de tanta exigencia. El equipo va a sufrir mucho y tener el mayor número de efectivos posibles en las mejores condiciones posibles es uno de los pilares en cuanto al entrenamiento, no solamente condicional, sino el puro del equipo.
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